El enfrentamiento de la edila Tatiana Loitey con Israel Acuña llegó a límites insólitos al haber logrado que una Jueza de Montevideo acepte una demanda en la que solicitó medidas cautelares.
En consecuencia, en base a lo establecido por la Ley de Género, Israel Acuña no puede acercarse a Tatiana Loitey en el caso de que ambos coincidieran en una misma reunión de la Junta. La Ley establece que fijado el radio de no acercamiento, el denunciado deberá respetar esa distancia, lo que configura una extraña situación para un edil que fue absuelto por la misma justicia archivando el caso, sin que mediara ninguna denuncia, amenaza o insulto.
Los hechos generados durante el Congreso de Ediles realizado en Paysandú, habían dado lugar a un generalizado comentario, tras lo cual la propia Junta sin analizar a fondo los hechos, decidió remitir a la Justicia los antecedentes con lo que Acuña quedó en situación de culpabilidad ante la opinión pública.
Pero la falta de pruebas y los testimonios de los testigos que intervinieron en el caso cuando Loitey denunciara que había sido objeto de un intento de fotografiarla a través de una banderola cuando se bañaba, nunca se pudo probar y la justicia archivó el caso. Incluso varios ediles expresaron públicamente las disculpas por haberlo juzgado apresuradamente.
A partir de ahí surgió la certeza de que Israel Acuña no tenía ningún impedimento en reincorporarse a la banca para la que fue electo en la última instancia electoral. Sin embargo, una estrategia de Loitey junto con su abogada patrocinante, logró que la justicia aprobara el pedido de no acercamiento lo que finalmente logró. Pese a que no había mediado en ningún momento ni insultos, ni amenazas, ni ningún tipo de agresión, igualmente la justicia le dio la razón a Loitey para impedir que su colega en la Junta pudiera ocupar la banca que le corresponde en la misma sesión a la que ella concurre.
Ayer ninguno de los ediles consultados prefirió hablar sobre el tema.